Ayer tenía ganas de ver una peli de venganzas, violencia y sangre a chorros, y cayó ésta, junto con secuela. Gracias
Danyyyy por el «fichaje».
La película cumplió bastante con lo deseado
Clásica peli de yakuza-jidaigeki (la acción tiene lugar en un año de 1835 curiosamente elástico, en el que un bebé ciertamente no tiene más tiempo que para crecer un año pero, al mismo tiempo, pueden pasar bien bien dos o tres años «normales» para que muera la madre del malo y éste se organice un pequeño feudo personal, todo en ese mismo año de 1835: ¡que venga Einstein y lo vea!
), con usual temática de justa venganza, con caballero del honor de pocas palabras pero de inusual nobleza –Bunta– y gran pericia en el arte de matar malosos,
typical-yakuzada en la que aporta cierta novedad la introducción del elemento «isla de castigo». Junto a la mentada elasticidad del tiempo que se pone a prueba en este Film, otro factor descolocante es la sucesión de mujeres diferentes con igual rostro e incluso igual nombre (Yuu) como objeto de interés emotivo (decir amoroso, y no digamos sexual, sería no decir lo correcto) del héroe.
Bueno, ya sé que parece que me chotee, porque estas
Aventuras de Monjiro, sí, pero ¿a qué arbol marchito se refiere el título internacional?, tienen un par de cosicas asín de raras y es verdad, oye, pero la peli está más que bien. Bunta también tiene unas pintas un poco desacostumbradas, con ese semidesmelene y esas patillazas. La habilidad de su personaje con el palillo de dientes es digna de nota, por cierto. Ver