Al principio resulta un poco brusca y confusa, o al menos así me resultó a mí, pero paulatinamente se va centrando y, a pesar de su fragmentarismo, consigue esbozar una historia llena de frustración, deseos imposibles, resignación y melancolía juvenil. La segunda mitad, en especial, me pareció más conseguida, quizá porque el personaje que lleva sobre sus hombros el peso de esa parte es mucho más comprensible, más frágil, más vulnerable, de ahí que yo empatizara más con él.
Una película interesante y recomendable.