Relato de las venturas y desventuras de una arcilla asesina, unos alumnos de arte muy ceporros que le sirven de jala (algo hay que comer) y su profesora medio histérica. Y da lo que promete, es decir, que es mala de cojones. O sea, no mala de esas que de tan infames terminan siendo grandiosas, no, de las malas de verdad.
Encima al director Sôichi Umezawa (un famoso maquillador especializado en efectos especiales), le dan de tanto en tanto arranques así como "arty" que no pegan ni con cola, y eso que el muchacho con la experiencia que tiene en según que cine debería saber de sobra que cuando tienes una historia tan mala entre manos cuanta más bosta le eches al mejunje mucho mejor.
Lo mejor con diferencia la banda sonora. En serio, a veces me descolocaba la diferencia de calidad entre la música de fondo y la tontada que salía en pantalla. Algo es algo.
Lo más salvable que se me ocurre es que la historia de tan absurda que es (y digo absurda aún dentro de los parámetros del género) por momentos resulta un poco surrealista. Pero vamos, nada que vaya más allá de lo simplemente curioso.
En fin, que recomendadísima.