Otra enorme interpretación de Song Kang-ho para una película judicial que, pese a sus convencionalismos, mantiene el interés y la tensión muy altos hasta el final. No es uno de mis géneros favoritos pero me ha gustado mucho. ¡Ah! ¿había dicho que Song Kang-ho está soberbio? Pues eso, que la película valdría la pena solo por él. Imprescindible.