Un puñado de desgraciados, delincuentes además, se encuentran tras la salida de Big F (atención al peinado de Francis Ng) en la disyuntiva de planear un robo. Los tres desgraciados restantes están capitaneados por Crazy B, que si Francis Ng está encantador con esa pinta, no digamos Simon Lam con la suya. La cosa está en robar un furgón de la policía y, haciéndose pasar por estos, quitarles a unos ladrones un cadáver que en su interior esconde dinero. Pero hay dos problemas fundamentales: uno, alguien ha tenido el mismo plan; dos: tienen una cierta tendencia a actuar como policías, más que como ladrones.
Con esta premisa, nos encontramos con lo que buscaba: una película sin pretensiones, una comedia cantonesa con algo de acción, bastante de efectos especiales, más de efectos de fotografía, y un poco de delirio por todos lados. La película no es que sea una obra maestra, pero aquí hay gente con mucho oficio, y tiene momentos realmente graciosos. En fin, puro entretenimiento que entretiene si no esperamos mucho de ella y nos atenemos a los tiempos que corren.
Por cierto, su director es un guionista que últimamente se prodiga lo suyo. Es por ejemplo el guionista de Kung fu jungle, de The great magician o de Bruce Lee, my brother, entre bastantes. Es su primera película. En cuanto a las coreografías de acción, son de Yee Tin-Hung (Drug War, Blind detective, A touch of sin,...).