Vista Xiao Wu. Arrastra algunas cosas de Xiaoshan going home, y demuestra que lo de aquel corto iba en serio. Formalmente son muy parecidos, en la forma de filmar, en la superposición de capas de sentido, o sea, vemos escenas callejeras con el audio de una canción de fondo, o una radio, o una novela o un noticiero de la televisión, y además en el uso de actores no profesionales, como aclara al final un cartel en inglés y chino. En ambos casos, estamos en presencia de lugares donde la mano del Estado no parece llegar, en especial en esta película. Al parecer el Estado sólo llega en su veta represiva, hablo de la policía, y las campañas callejeras que hace la misma. Por lo demás, vemos muchos caminos de barro y muchos edificios viniéndose abajo, es decir, poca obra pública (aquello que los neoliberales catalogan como gasto público, pero que da trabajo a mucha gente, es decir, no es gasto, sino inversión social) No deja de ser irónico, que en un país donde la presencia del Estado es tan fuerte, falle al parecer en cosas esenciales de ese tipo. Por supuesto y para matizar, Jia Zhangke, nos está emplazando a un lugar periférico de su país, o sea que sería injusto, o de ignorante, que me ponga a disertar sobre el rol del Estado chino, etcétera. En todo caso, lo escrito vale para lo que se ve en la película.
Lo que vemos es un carterista llamado Xiao Wu, un paria altanero por momentos, quizá por rebeldía, un tipo que al margen de sus pequeños robos, no le hace daño a nadie. Fuera de su trabajo, es poco lo que parece haber a su alcance o poco el esfuerzo o el interés por salir de su situación, porque en realidad, no conoce otra cosa. Su padre dice “hace tres generaciones que somos pobres” para excusarse de reconocer si un anillo de oro es auténtico o no.
El contexto de Xiao Wu parece desintegrarse o correrlo del mapa, su novia (o amiga o lo que sea) lo deja por un tipo de más plata, lo sabemos por las señales, se va en auto a otra ciudad. Fácil, otro cliente de más dinero se enamora de ella y se la lleva. Esto no está explicitado, pero basta haber visto un poco de este cine para saberlo, o quien sabe, haber vivido un poco y haber visto una cosa o dos. Mi caso es el primero, vale aclarar. Su padre lo expulsa de la casa y por lo tanto de la familia. Antes de eso, su madre le rechaza un regalo, que en primer momento iba para su novia, que ya no está. Así, en nada Xiao Wu, queda sin novia y sin familia, me olvidaba, su amigo no lo invita al casamiento para que no le espante al resto de invitados, léase, el amigo “se enmendó” y ahora Xiao Wu es motivo de vergüenza, una mácula a ocultar. Pero Xiao Wu tiene memoria y le dice a su amigo que se mire el tatuaje en el brazo, porque como dice el refrán: El mono aunque se vista de seda, mono queda.” Y nos falta el último acto en esta película, tan similar a “A Touch of Sin”.
Es imposible, o al menos para mí, es imposible no sentir empatía por este personaje, no sentirse un poco reflejado, parcialmente en algunas cosas, y es imposible, insisto al menos para mí, no sentir empatía hacia los Xiao Wu de este mundo. Que es sentir un poco empatía por los desposeídos y excluídos de eso que en este mundo se llama “el sistema”.
Hacer una película como esto requiere, sobre todo sensibilidad social, a esto Jia Zhangke le agrega su talento. Por cierto que a mí me recordó mucho a películas como So Close to Paradise, que si no me confundo es el mismo director de The days (que tengo pendiente de ver)
A quienes no la vieron, no sé qué están esperando a verla.
Por mi parte, un imprescindible.