Se me borró el mensaje.
Vista esta tarde. Un detalle que se me había pasado de la anterior, y que se repite acá, además de las viscosidades diversas
son los mensajes del final, que son un mundo aparte.
Me quedó flotando una pregunta: ¿Tan grandes son los globos oculares humanos?
Esta película hoy no solo duraría 135 minutos, sino que tendría unos aires solemnes y de autoimportancia que le dicen, que sería imposible de ver.
Estas historias viejas de fantasmas, me recuerdan a una de las películas de Fruit Chan (que está estrenando película, al fin), quizá solo por el ambiente, o por la noción de estar viendo una época que de tan lejana se vuelve atemporal, me refiero a Finale in blood, y es una relación totalmente antojadiza.
A Kuei Chih-hung, le gusta recordar lo bajo que puede caer el ser humano, al igual que en Cursed of Evil, en esta es más terrenal, aun con todo el tema del fantasma, que hasta podría ser metafórico.
En fin, una película vibrante, que va al grano, con el salvajismo propio de su época, que era mucho.
Sería un buen momento para revisar la saga The Criminals.
Recomendada.