Por algún misterio, el guionista de esta película decidió experimental a un nivel espacio temporal y el resultado es una película caótica (que en Hong Kong ya tiene mérito), en la que nunca sabemos muy bien que nos quiere contar y en el que el surrealismo toma carta de presencia cuando nos cuenta la historia de un director de cine que debido a que sus películas se piratean incluso antes de que salgan, no puede mantener a su familia y se tiene que meter a atracador
.
Y es que la película no empieza mal... Tenemos a Danny Lee haciendo de policía (ejem) y un par de escenas totalmente inconexas y sin sentido (pero ingenuamente, pensamos que formarán parte de la trama... pues no, no lo parece). A los cinco minutos nos damos cuenta de que nos quedamos sin Lee, abandonados a nuestra suerte (lo veremos esporádicamente, y lo gracioso es que parece que es el único que sabe de qué va la película... o bueno, hace lo que siempre supo hacer...). Pasamos a la preparación de un atraco y como la policía los persigue porque los están esperando (y nosotros estamos casi más perplejos que ellos), y bueno, unas cuantas escenas de acción y nada, la película pasa a otra dimensión, con tejados.
Creo que se me pegó el estilo de la película y esto está resultando especialmente caótico
. El caso es que bueno, la película tiene algún elemento que hace que se deje ver, pero por lo demás no deja de ser una película de policías, ladrones e infiltrados bien pequeña gracias a un momento de éxtasis creativo de un guionista ininteligible y algún que otro desvarío...