Muchas gracias por la película y por tan buenos subtítulos.
Pura delicia narrativa; en lo hablado, en lo visual, y quizá sobre todo en los silencios, que no son tales, pues es cuando sobre todo se escuchan los diálogos y monólogos internos, arrolladores con el temple interpretativo de las protagonistas (incluso añadiría todas las interpretaciones del metraje). Dan ganas de compartir ese momento final, siendo parte de él, sentir esa energía, que como la marea se toma su tiempo en llegar a las más altas cotas, no es explosiva, efímera, sino duradera. La energía que da entrar en comunión con tus semejantes. Es como si todas ellas se convirtieran en árboles que trataran mecerse al viento de las circunstancias de cada cual, y de todas, pero unidas por las raíces.
También por mi parte, mención especial para Sakura Ando. Caigo rendido a su naturalidad (la escena de la última llamada telefónica es genial, lo dicho dan ganas de estar allí).