Después de la decepcionante Devdas, comentada anteriormente, no estaba muy seguro de lo que iba a encontrarme con el siguiente título de la filmografía de Sanjay Leela Banshali. Al igual que la anterior, ésta también se ha llevado innumerables premios, tanto de los oscars Indios, como de otros festivales. Pero después de muchas recomendaciones decidí darle una oportunidad. Y desde luego me a cautivado. La historia y el guión en si son harto sensibleros y está todo demasiado dramatizado, aunque no tanto como me tienen acostumbrados en muchas películas de Bollywood y consigue llegar en muchos momentos al corazón del espectador. Y se ve reflejado en las valoraciones de innumerables bases de datos y críticas de todo el mundo. Si esta historia hubiese estado en las manos de un gran director americano, la hubiesen retocado de tal forma, que la hubiesen convertido en una obra maestra. ¿Y que le habrían añadido o quitado a ésta película? En cuanto a añadir, creo que le faltan personajes secundarios mas carismáticos, la madre y la hermana no dan demasiado juego. No basta con poner en todas las escenas que aparecen ambas falsas lágrimas en sus mejillas. Y cuidado por que no me quejo de la interpretación. La madre lo hace genial siempre que aparece, pero creo que exageran o extreman esas sensaciones que llegan a ser cansinas de tanto utilizarlas. Hay recursos que es mejor guardarse para que el espectador no se acostumbre a ellos. Y bueno, en cuanto a quitar ya lo he dicho. Aunque de haberla hecho los americanos, igual se podrían haber convertido en lo mismo, o en un refrito de muchas películas con argumento parecido.
En este comentario puede parecer que hay más cosas malas que buenas en la cinta, pero en realidad es justo lo contrario. Es una película que merece la pena. Por las actuaciones, por la música que tan bien acompaña, por su cuidada fotografía y una buena calidad de producción. Desde luego sería un buen comienzo para todos aquellos que quieran comenzar a ver algo actual del cine Indi. Aunque hay que decir que no es nada convencional. Todo lo contrario. Ésta clase de dramas, sin bailes, sin música de discoteca, sin momentos estúpidos y que no vengan a cuento escasean en Bollywood, y es que esta rodada casi enterita en los platós de Bombay. Así que, una buena excusa para dar comienzo con un fructífero visionado de películas de este gran país. El cual visitaré muy pronto.