Sangre y sudor me costó conseguir la maldita película, pero valió la pena. Me esperaba un ejemplo de ese cine "absurdo" que los japoneses hacen como nadie y que a mi me encanta, y me puedo dar con un canto en los dientes porque precisamente de absurdidad y chaladura la película va sobrada. Bueno, es que en algunos momentos hasta desconcierta ante las estratosféricas idas de olla de un director que quiero pensar que rodó todo esto bajo los efectos de algún estupefaciente bien jodido. Momentazos muchos, pero el de Ren Osugi con mallas marcando paquete en la televisión no se me olvidará en mucho tiempo
Recomendadísima para los que les guste esta clase de cine, y los que no que huyan bien lejos.