jidaigekipedia.comSacrificio absolutoDemon Spies, traducción literal del título original japonés, está dirigida por Takashi Tsuboshima y protagonizada por actores sin demasiada fama, con las excepciones de Kei Sato y Shin Kishida. La película nos transmite durante los primeros minutos la falsa impresión de que se trata de un kaidan, por aquello de combinar niños asesinos con máscaras de demonios. Sin embargo lo que el director nos entrega es una interesante historia de ninjas y sacrificio.
Sinopsis: los Oniwaban son ninjas dedicados por entero a su misión de mantener la paz en Japón. Sus vidas no tienen ningún significado, y todos ellos son prescindibles si la situación lo requiere. El entrenamiento dura 10 años y comienza en la niñez, viviendo como una auténtica secta en la que aprenden a atacar, defenderse, y morir como demonios. Una vez finalizada esa etapa, los supervivientes son elegidos para evitar que se produzca una revuelta en Kishu, provincia que ha comprado gran cantidad de armas de fuego extranjeras que guarda en una armería secreta.
La parte del entrenamiento me recordó mucho a la de
Azumi, aunque siendo justos diría que la de
Demon Spies es incluso más dura, viéndose obligados los aprendices a realizar verdaderas barbaridades. Pensaba contar algunas de ellas, pero prefiero dejar despertar la curiosidad del lector.
Como es habitual en la época tenemos un par de escenas de desnudo y contenido erótico. Destaca sobre todo la representación teatral del acto sexual, que llevan a cabo con extrema precisión dos adultos enmascarados del grupo, para el aprendizaje de todos los observadores. Nada más terminar, el hombre, oculto tras una máscara de Tengu (perro celestial), profundiza en la instrucción del único discípulo femenino.
Las escenas de acción tienen hermosas coreografías, bonitos movimientos de ninja, y no utilizan efectos especiales de los que solían estropear las cintas del género por esta época. El uso de la sangre es tremendamente exagerado, muy similar al de la saga
Lone Wolf and Cub, y además es una constante de principio a fin.
Reconozco que durante la primera parte de la película estaba bastante desencantado. Luego comienza esa partida de ajedrez humano, en la que los Oniwaban y Shogen combaten haciendo más uso de la astucia que de la fuerza, con un sinfín de giros argumentales en los que cada pieza del tablero ofrece su sacrificio siempre que conduzca a la victoria.
No sé si me influirá mucho el hecho de que sienta una gran admiración por Kei Sato, pero creo que
Demon Spies hubiera sido otra cosa si no fuera por su excelente interpretación del enemigo perfecto, que se mantiene poderoso hasta el último momento. Desde luego no es una de las grandes obras del jidai-geki, pero la originalidad de la historia la convierte en una buena elección del cine de ninjas.