Me ha recordado enormemente a Zatoichi 08 - Fight, Zatoichi, Fight (1964), película que también dirigió Misumi y cuyo denominador común es la compañía de un menor que viaja junto a Ichi.
Nada más comenzar la película podreis deleitaros con la magistral música de Akira Ifukube, que no había vuelto a trabajar en la saga desde Zatoichi 13 - Zatoichi's Vengeance (Tokuzo Tanaka, 1965). La verdad que la música de Ifukube le suma muchos puntos positivos a la película, y Misumi sabe ajustarla brillantemente donde hace falta.
Misumi suele meter actores "poderosos" en sus cintas, en la que nos ocupa, aparte de la siempre acertada actuación de Katsu, contamos con que uno de los personajes principales es Jushiro Konoe, mega-estrella del cine jidai-geki y padre de los también actores Hiroki Matsukata y Meguro Yuki.
La película se centra en cuatro personajes principales, entre los que gira toda la trama. En primer lugar tenemos a Ichi, cuya compasión le llevará una vez más a meterse en líos con un clan yakuza. En segundo lugar tenemos a Ryota, un chico que se ve obligado a viajar con Ichi para ser entregado a su padre. Otro personaje sería Tajuro Akazuka (Jushiro Konoe), samurai errante que se pasa la película apreciando las habilidades de Ichi y cuya identidad se desvela al final. Y por último tenemos al malvado jefe Maebara de Gonzo (Asao Koike), cuyas ansias de poder harán que se lleve al que le venga por delante.
Destaco sobre todo las coreografías marciales, que aunque no sean muchas (si no recuerdo mal son en tres ocasiones), están bastante bien conseguidas. Como ha dicho Fingo anteriormente, la película contiene la lucha más complicada para Ichi hasta el momento, dándose el caso de que se tendrá que enfrentar a un luchador de su mismo nivel. Aunque la lucha final se viene intuyendo a lo largo de la película, es un placer ver a Jushiro y Shintaro, dos grandes del cine japonés, cruzando las espadas.
Concluyendo, otra película más de la saga que aprueba con muy buena nota.