Sinopsis:
La traición, la lujuria, el asesinato y la venganza se desarrollan sin decir palabra y convincentemente, entre la nieve de la estepa de Kazajstán en el debut como director de Ermek Tursunov, periodista y guionista. "Kelin" da la sensación de una historia épica pasada de generación en generación por tradición oral; sin embargo el director, brillantemente, transforma esta idea en su cabeza con la eliminación de todos los diálogos y el uso de muy poca música. Él inteligentemente confía en los espectadores para comprender la universalidad de la historia, incluso al ver rituales y costumbres extrañas para ellos.
La procedencia de la película, y el hecho de que es virtualmente silenciosa (salvo los gruñidos ocasionales y los sonidos de la naturaleza) hace casi seguro que se la relegue a los festivales de cine. Sin embargo, anuncia la llegada de un nuevo director de una parte casi desconocida del mundo, que es capaz de unir altos valores de producción con una narrativa innovadora y un ambiente muy moderno.
La película se abre con la joven, apática y hermosa Kelin (nombre que en realidad significa ‘nuera’) siendo preparada para su boda concertada. Su verdadero amor ha perdido contra un pretendiente más rico (que ofrece más monedas de plata y un abrigo de piel más grande para ella), pero no antes de que este se una a ella a través de un juramento de sangre. Adornada con suntuosos sombreros y vestidos, Kelin es llevada muy lejos, en un buey, a casa de su marido, a vivir con, presumiblemente, su anciana madre y el hermano más joven. A pesar de ser obligada a contraer matrimonio, ella descubre que él no es tan mala opción después de todo, junto con las alegrías del sexo. La felicidad doméstica no dura mucho tiempo, sin embargo, pues su primer amor vuelve en busca de venganza, lo que provocará una serie de dramáticos acontecimientos.
Al igual que con cualquier historia épica de romance, el público debe entregarse a ella, lo que es fácil de hacer en "Kelin". En las buenas manos de Tursunov, este melodrama humano es una fiesta visual y lírica cuyas emociones son desnudadas hasta la misma esencia y nunca son demasiado sentimentales. Tursunov va aún más allá, dando a la protagonista una sexualidad activa que, después de un tiempo, la hace no ser víctima de sus circunstancias. Joven y curiosa, ella está simplemente atrapada en una comunidad remota y antigua, todavía muy regulada por las fuerzas externas y los ritos. Si bien la comunidad es una de la que pocos occidentales han oído hablar, Tursunov está seguro de que, sin embargo, nos reconoceremos en ella. Y lo hacemos, con un elenco impecable cuyo silencio dice mucho y cuyos deseos y acciones son más que comprensibles. Incluso aquellos rituales que no se entienden de principio, pronto se aclararán en el contexto de la historia.
El director de fotografía, Murat Aliyev, no trata los paisajes nevados como postales folklóricas de una región poco conocida o de personas extrañas. Por el contrario, incluso extrae calidez de ellos, mostrando el entorno de los personajes como erizado de vida y color.
(Extraido de ‘CineClassik.com’)