Bueno, por razones que se descubrirán el próximo fin de semana
, me puse a ver la trilogía de Yusuf entera. Vamos, la he visto en dos días. Seguramente eso me da una visión un poco especial, porque viendo vuestros comentarios, no estoy del todo de acuerdo en algunos detalles.
Hay que decir, por si alguien no lo sabe, que la trilogía de Yusuf tiene alguna que otra particularidad notable, la principal de todas (o la más nombrada) es que aunque sigue al mismo personaje (el tal Yusuf) en distintos momentos de su vida, lo hace a la inversa, desde la madurez a la infancia, pasando por la juventud. Y bueno, esto podría tener una importancia relativa sino fuera porque en cierto modo, los comportamientos de la madurez, o de la juventud, se van entendiendo película tras película. Otra particularidad, dejada caer por Surabaya, es que es complicado emplazar al personaje, porque parece que cada vez está un lugar diferente y nada relacionado con el próximo, e incluso los personajes no acaban de responder a la idea que nos hacemos de ellos (y en el juego, algunos actores aparecen en distintos papeles, y no secundarios, precisamente). Pero en conjunto, me parece una obra totalmente homogénea y creo que su única evolución es que seguramente contó con equipos más avanzados a la hora de rodar, de la una a la otra, pero las intenciones eran las mismas desde el primer instante.
Pero bueno, vamos con la primera, Egg (es decir, huevo, que a veces damos muchas cosas por supuestas... o yumurta
). Yusuf tiene un comercio de libros de ocasión y, como descubriremos más tarde, es poeta, aunque no parece ejercer ya, falto de inspiración. Su madre acaba de morir y vuelve a su pueblo para asistir al entierro, un regreso que pretende fulgurante, pero que por una cosa u otra se va alargando y alargando, así como su relación con Ayla, una muchacha que vivió con su madre en los últimos años.
La película es pausada, porque aquellos que la habitan son tan pausados como ella. Yusuf realmente no quiere comunicarse con nadie (siguiendo la trilogía veremos que es algo inherente a él, más allá de que quiere huir de ese pueblo y su pasado) y Ayla es aún menos comunicativa que él. Su relación se establece por los gestos, por los pequeños detalles, por los vasos de té o las carreteras sin demasiado tráfico, por los paisajes inmensos, que los minimizan aún más, o por los edificios enormes en los que no son demasiada cosa.
Decir que la película tiene una clara influencia del cine iraní, bueno, sería ser injustos, fundamentalmente porque damos pie a un cierto exotismo simplificador, dado por los paisajes, pero obviamente es un referente (aunque Kaplanoglu da otros, desde Bresson a Víctor Erice). A mi me ha parecido una obra magnífica y no por el entorno. Los actores están extraordinarios y este hombre sabe verdaderamente filmar y darle un sentido casi mágico a toda la historia, un sentido de cine pequeño sobre cosas pequeñas de gente pequeña, pero grande en su resultado...