Y bueno, tras Yumurta, Egg o Huevo, llega Süt, Milk o Leche. Fundamentalmente, Yusuf intentando abrirse camino como poeta y su relación con la madre. Si teníamos alguna duda de esa especie de magia que impregna el cine de este hombre, la primera escena nos transporta a vete a saber qué sitio. Y luego, tampoco se puede decir que la película abandone ese tono a continuación... El silencio. Vamos entendiendo que Yusuf realmente vive en un universo cerrado, en el que la poesía es una conclusión lógica de su carácter, en el sentido de que es un idioma que reemplaza su necesidad de expresarse con una imposibilidad para hacerlo. La naturaleza de nuevo, demoledora, los gestos, los rituales, la insatisfacción, la imposiblidad de huir a un destino, o la enfermedad (es epiléptico, cosa que ya vimos en la primera entrega, pero que aquí viene a decir algo más), la pérdida de protagonismo, la vida de provincias,... Milk seguramente es la más floja de la trilogía (pero por poco), y de nuevo las interpretaciones y la dirección son un lujo, que se confirmará en la última entrega, Honey. Pero eso casi que lo cuento allá...