Última película del envejecido Jet Li (aquí rejuvenecido a base de tirones de cable y coreografías de altura), Badges of fury es todo lo que podría esperar de una película con guión de Wong Jing sin Wong Jing, dirigida por Corey Yuen sin que la dirija él. Es decir, una comedia de acción, en el que la comedia hace que nos sonrojemos (más que reirnos) y la acción hace que se nos queden los ojos bien abiertos, gracias a los buenos manejos de, precisamente, Corey Yuen, y más cables que en diez películas de Yuen Woo-Ping (y eso es mucho, mucho cable).
La historia os la cuento para que os hagáis una idea de a lo que os enfrentáis: un par de policías (uno viejo que se las sabe todas, y uno joven e impulsivo que no sabe nada pero eso no le evita meterse en todas) investigan las misteriosas muertes de un puñado de gente que antes de caer asesinados, sonríen.
A partir de ahí, pues tenemos los típicos juegos de equívocos (de humor sonrojante, como digo), combinados con unos efectos especiales paródicos (espero que esa fuera su intención) y una acción, y ahí es a dónde tenemos que ir todos de cabeza, de muy alto nivel, que incluye incluso un combate entre Jet Li y Jackie Wu (es decir, maestro contra sucesor, los dos ya con mucho a su espalda...), sumado el otro protagonista de todo esto, Wen Zhang, en algo que debería recordar (supongo) a Jackie Chan, Sammo Hung y Yuen Biao.
En definitiva: una película a disfrutar en sus partes de acción (que son muchas, casi todas, y variadas, incluendo nombres míticos del cine de artes marciales hongkonés), con comedia dudosa.