Un poco de acción hongkonesa a cargo de Danny Lee que por una vez hace de... policía. Producción al más puro estilo de la D&B (Sammo Hung, Dickson Pook y John Sham), nos encontramos con los elementos prototípicos del cine con Lee: el policía de calle, el CID de métodos contundentes, acosado por sus superiores y la ley que le impiden utilizar los métodos que él sabe más efectivos, fruto de su dilatada experiencia, y que se resumen en una buena paliza o algo más expeditivo, y que se contiene en la frase que Alex Man le suelta a su superior y que podría ser el lema de todo un cine: yo estoy en la calle, usted está en la oficina, producto de todas las contradicciones del sistema. El caso, es que su superior no parece muy convencido y la polícía se acaba para él. Bajo sueldo, un padre enfermo, una familia que alimentar, invitan a probar otras cosas... si no hubiera pedido un préstamo a las triadas. La vida, en estas circunstancias, se complica enormemente, y su amigo Danny Lee, que va camino de acabar igual, intenta ayudarle hasta que... hasta que nos toca verla...
La película es una de las mejores seguramente de la carrera de Lee, que merece un capítulo aparte en el cine de acción hongkonés aunque sólo sea por haber hecho tantas veces el mismo papel sin que nos resulte insoportable. De hecho, los Hong Kong Film Awards debieron pensar lo mismo y lo nominaron al mejor actor. Su papel aquí tiene una cierta dosis de dramatismo que le favorece y las escenas de acción son pocas pero contundentes. El producto final pues una de esas películas que nos hacen pasar un buen rato, y como igual andamos escasos de buenos ratos, se agradecen...