jidaigekipedia.comRegreso al hogarZatoichi at the Blood Fest fue la sexta y última dirección de Kimiyoshi Yasuda en la colección Zatoichi y en su carrera cinematográfica. Significó el fin de una saga que había dado al mundo 25 películas en 11 prolíficos años, a cargo de algunos de los mejores directores del género y con interpretaciones de casi todas las leyendas del cine japonés. Hubo que esperar otros 16 años hasta que el personaje apareciera de nuevo, pero el estilo ya no fue el mismo.
Sinopsis: el espadachín decide volver a su pueblo natal sin demasiadas ganas y encomendando su destino al azar. A su llegada parece que le dan un recibimiento de reyes, pero la cosa acaba en un malentendido y opta por marcharse de nuevo. Justo antes de partir se encuentra con su hermana de leche, que le proporciona un motivo para quedarse. Su estancia se ve perturbada por el magnate Shinbei, un antiguo amigo de la infancia convertido en explotador, y por un magistrado corrupto que abusa de los campesinos.
Después de mucho tiempo volvemos a conocer detalles del pasado del personaje, siendo la entrega en la que más descubrimos sobre su infancia. Se aloja en la casa donde vivió cuando era pequeño y nos cuenta quién fue su referente materno, por lo que suponemos que era huérfano. Se nos dice también que andaba mal de la vista cuando era joven, lo que podría significar que sufrió algún tipo de enfermedad degenerativa en los ojos. En películas anteriores ya se había sugerido que no era ciego de nacimiento, pero nunca se había mencionado que fuese un defecto progresivo.
Al igual que en
Zatoichi in Desperation, la acción tarda mucho en llegar, desenvainando el masajista por primera más allá del ecuador de la película. Nada más hacerlo, alguien pronuncia su nombre, y desde ese momento disfrutaremos del Zatoichi más duro y salvaje de toda la serie, con un par de frases memorables.
Las coreografías combinan todo tipo de planos y cámaras, algunas con mejor resultado que otras. Los movimientos son tan rápidos como de costumbre, pero con mucha más fuerza y menos continuidad. Esto permite al director recrearse en cadáveres y heridas conforme se van produciendo, dejando que la sangre cobre el protagonismo que reclama el título.
El rival más fuerte cada vez tiene menos de rival y menos de fuerte, ya que apenas aparece más tiempo que el resto de extras y su combate dura solo unos segundos. Se echan de menos aquellos ronin que empujados por la mala fortuna tenían que enfrentarse a Zatoichi con el corazón dividido entre la necesidad y el respeto.
Como valoración final, decir que me gustó mucho más la primera vez que la vi. Vale para pasar un rato de entretenimiento, pero no me parece que llegue al nivel medio de la saga.