jidaigekipedia.comEl último golpeKimiyoshi Yasuda vuelve a nosotros después de la genial
The Adventures of Zatoichi y se coloca a la altura de Kenji Misumi, Tokuzo Tanaka, y Kazuo Ikehiro, en el número de entregas dirigidas dentro de la saga.
Como viene siendo costumbre ultimamente, en lugar de abrir el telón con un enfrentamiento fugaz, la historia comienza con un moribundo que dirige sus últimas palabras a Zatoichi. En esta ocasión se trata de un jefe yakuza local asesinado por su rival, y lo único que alcanza a decir es su propio nombre y su pueblo natal. Una vez en la localidad, la espada del masajista es examinada por un herrero, quien después de estudiar la hoja afirma que fue forjada por su maestro. Su análisis arroja además una predicción perturbadora, según la cual el arma se partirá después de quitar una última vida.
Hasta ahora no había intentado estimar la época exacta en la que se ambienta el personaje del espadachín ciego. Tenía metido en la cabeza, no recuerdo muy bien por qué, que sería más o menos la segunda mitad del siglo XVII. En
Zatoichi's Cane Sword el herrero afirma que su familia lleva 10 generaciones forjando sables, desde los tiempos de Ieyasu Tokugawa, lo que empujaría el marco histórico hasta mediados del siglo XIX. En internet es posible que haya alguna mención más exacta, aunque tampoco descarto la posibilidad de que cada director elija los detalles que más le interesan de distintos momentos del Periodo Edo; después de todo nunca se menciona al Shogun regente.
Contrariamente a lo que podría aventurar una película cuyo título hace referencia a una katana, tenemos ausencia de acción hasta muy avanzada la trama, ya que además está el inconveniente de que Zatoichi sólo tiene un último desenvainado bajo la manga. Mientras tanto le podremos ver empleando el bastón a modo de espada de bambú, cogiéndola con ambas manos en la posición típica del kendo y no con su habitual “Reverse Sword Drawing”, con el que sería imposible manejar algo tan pesado.
Aunque el argumento está bien planteado, presenta una grave incongruencia; se insinúa que el bastón-espada ha acompañado a Zatoichi durante todas sus aventuras. Nosotros sabemos que lo perdió en
The Tale of Zatoichi Continues, y peor aún, que se partió al final de
Zatoichi, The Fugitive. En cualquier caso no parece que a Yasuda le importe demasiado.
Película interesante, por encima de la media habitual, y con una buena dosis de humor y comedia a cargo de Shintaro Katsu. Le ha faltado solo un poco de magia para incluirla entre las mejores de la saga.