Otra película de Keisuke Kinoshita que teníamos sin ficha. Se trata de un extraño artefacto en la filmografía de este hombre. Presentada como un documental, pero interpretado por actores (de ahí que le haya puesto la etiqueta de «falso documental», si bien no es en modo alguno un
mockumentary, o al menos no a primera vista), la película nos relata el viaje de un reportero –Go Kato, hablando en off durante más de la mitad del film hasta que por fin deja ver sus marcados rasgos de apuesto galán– que se sumerge en las revoltosas (y
travoltosas) discos del cambio de década de los 1970 a los 1980 entrevistando a adolescentes que se arrojan por caminos de perdición, en busca de sus razones y de las causas del desaguisado social de la delincuencia juvenil y temas relacionados. El discurso puede sonar bastante paternalista a ratos, aunque yo diría que toda la película está atravesada de una ironía latente que en algunos momentos llega a hacerse bastante patente (¡esos carteles sensacionalistas del comienzo...!). La última cuarta parte o así de la película me recordó intensamente un par de películas de tema pedagógico-social análogo, pero en el contexto de tres o cuatro décadas antes, del gran Hiroshi Shimizu.
En fin, el complemento ¿ideal? de las pelis de moteros de Sogo Ishii de principios de la década
Ah, como dice Silien en estos casos: «Hulu, subtítulos en inglés pegados».