Basada en la novela de Maxim Gorky. Kurosawa dirige este encuentro con los habitantes de los suburbios despreciados por la sociedad. Otra obra que demuestra nuevamente lo hábil que puede ser el gran director Nipón con una localización y poco menos de media docena de escenarios, de los cuales sólo dos son en los que se desarrollará el ochenta por ciento de esta historia.
Personajes carismáticos, que se van desarrollando a lo largo de una historia exponencialmente amena, gracias a ingeniosos diálogos y momentos muy especiales entre los protagonistas. Una fotografía en blanco y negro exquisita. Y un Toshiro Mifune, que destaca si, pero sin exponerse demasiado ya que el resto de actores se mantienen también a un nivel muy alto.
Como pega, quizás exceda un pelín en su duración y en algún momento pueda bajar el ritmo de manera alarmante. Menos mal que la última media hora es casi frenética y lo salva de toda cómoda butaca en la que estemos acurrucado.
Ver alto, casi imprescindible.