¡Hola, gente de bien!
Sabéis que os quiero, así que hacedme caso: ignorad todo el comentario que sigue e id directamente a la última frase.
Yo, como el conejo de Alicia, reloj de cadena en mano y ojos desorbitados, voy llegando tarde a todas partes. Y no me refiero ahora tanto a esta película como al movimiento/revista/colectivo Tiqqun.
Tres cosas vayan por delante: primera, esto va a ser una mezcla del hilo “Qué estás leyendo” y del comentario de la peli; segunda, la susodicha me ha gustado mucho, aunque posiblemente sea más por lo que yo le he puesto o he querido ver en ella, precisamente influido por lo que estoy leyendo, que son los muy densos, violentos, caprichosos y deliciosos textos de Tiqqun; tercera, éste va a ser un comentario tortuoso que os podéis/debéis saltar sin mayores miramientos, como ya he aconsejado.
Aclarados esos puntos, procedo: a finales de los años 90 nació en Francia un colectivo/revista/movimiento llamado
Tiqqun, casi del todo anónimo, formado sin duda por profesores de filosofía/lingüistas/activistas que, con cierto círculo de editores alrededor que sí son más o menos rastreables, empezó a publicar textos agitadores, metafísicos, metapoéticos, de pensamiento social, político y económico, extremadamente densos (claramente a propósito) y enmarañados que yo estoy leyendo ahora. Posiblemente (aún sé poco de ellos) su teoría de
La Jovencita y sus
Llamamientos tuvieran algo de seminal en su movimiento, pero el que más me ha alucinado (en varios sentidos, también el lisérgico) es su
Teoría del Bloom, que hoy acabaré si no me estalla antes la cabeza. (Todo lo que puedo, lo leo en papel, porque apenas sí me dan los ojos para leer mucho en pantalla; afortunadamente, algunos de sus textos, como la
Teoría del Bloom, se encuentran impresos, libres de derechos, publicados por Acuarela Libros y Melusina, hasta donde yo sé y tengo.) Si algún loco quiere abundar en ellos, ahí está internet y
esta web, en la que hay varios de sus textos traducidos, algunos descargables (insisto, con
copy de libre distribución, por eso los enlazo). Para los más sensatos que quieran una vida mejor, baste decir que en la
Teoría del Bloom los amigos mezclan de manera críptica y muy caprichosa (y hasta contradictoria) influencias de Hegel, de Nietzsche, de Foucault, de los situacionstas/comunistas/anarquistas y de cuanto quisque se les antoja, y por eso son tan divertidos e insufribles. ¿Qué es la
Teoría del Bloom? Ni idea; ellos mismos se encargan de que sea imposible de describir y, las veces que lo hacen, es mutable como mi humor. Pero me atrevería a decir que es una ¿denuncia? de los elementos que las estructuras del poder (Foucault) usan para lograr tu "extrañamiento" (entendido como pérdida) de ti mismo, de tu(s) propia(s) conciencia(s) del yo (Hegel). Eso, o todo lo contrario. En serio.
Y aquí vienen el nexo y los
spoilers: hasta donde vemos, porque alguno no se nos muestra, los conceptos que los alienígenas le roban a la humanidad son exactamente los mismos (a veces, reformulados) que Tiqqun denuncia como la gran alienación: la idea de familia, la idea de libertad (para nuestros amigos, el Entretenimiento del Bipoder foucaultiano), la idea de propiedad, la idea de identidad (las conciencias del yo y del observador del yo hegelianas), la idea de trabajo (productividad para nuestros queridos activistas) y la idea de frustración. Todo, con esas reciprocidades o dualismos propios de Nietzsche. Joder, no me lo podía creer. Ayer por la mañana me fui al campo, porque pensé que mientras mi pareja recogía setas (igual esta noche estamos intoxicados o muertos), yo, a la sombra de una higuera, iba a encontrar el estado mental adecuado para leer la
Teoría del Bloom. Y por la tarde me encontré en esta película buena parte de lo leído. Vamos a dejar ese concepto del amor para el final. Hay un momento magnífico en el que el propio invasor/revolucionario lo señala en el filme: ¿no los ves liberados sin esos conceptos? Pues es la base necesaria para la conquista/revolución.
Vale, algunas cosas sobre lo heterogéneo del guión: su falta de sentido, de encaje, no tiene la menor importancia; la falta de explicación de algunas necesidades y motivaciones, tampoco. Es verdad que parece del todo necesaria la unión de los tres alienígenas y que a la postre no lo es; es verdad que la recopilación de conceptos parece básica, pero finalmente ni se explica por qué; es verdad que los invasores no sabían que al tomar los conceptos, los humanos los perderían, por lo que no hay una intencionalidad, pero a mí qué me cuentas; es verdad que el periodista está entre dos aguas hasta que se decide por apoyar la invasión, y que no se justifica claramente, ni falta que hace.
Algunos apuntes, mínimos, sobre la cosa formal: el filme está maravillosamente rodado, iluminado, ralentizado; las actuaciones son muy adecuadas, estáticas y extáticas; el ambiente, en suma, es reconocible como
un kiyoshi; el humor, el absurdo y lo incomprensible también le son muy propios al autor.
Y vamos con el final: ¡ah, los alienígenas descubren el amor y eso lo cambia todo, hasta anular la invasión! Vale, puede ser muy adocenado y decepcionante, pero desde esta muy particular transposición que ha marcado mi visión de la película, es muy pertinente: el amor es el
Partido Imaginario de Tiqqun, otro mutable e inaprensible concepto del que se sirven para describir la nueva relación (tienen muchos otros que no aparecen en este filme, como el engaño de la idea de ciudadanía, de nacionalidad, el sexo o la sexualización, etc.). Y, en esa suerte de resignificación de los términos, para ellos el comunismo es la transformación; no aquello en lo que transformemos la sociedad, no el resultado, sino meramente el proceso de transformación, el motor. Esto inevitablemente me lleva a otro ensayo al que también llegué tarde,
La zona temporalmente autónoma, de Hakim Bey. (Es otro link al texto de
copy de libre distribución, aunque yo afortunadamente lo leí en papel.) No voy a aburriros más: una de sus ideas clave es la diferencia entre revolución y revuelta
(riot): la primera indefectiblemente nos llevará a un estado de las cosas que necesitará de otra revolución, entrando en un bucle insustancial; la segunda, sin embargo, no es conclusiva, no lleva a ninguna parte, es un momento, un acto, un tránsito que encierra el valor en su propia falta de conclusión, y ahí es donde, temporalmente, podemos encontrar significado, libertad y creación. Así que en
Before We Vanish la revolución fracasa por lo que es: una revolución con un momento conclusivo, mientras que durante el tiempo que dura la revuelta, el cambio, los nuevos valores aparecen y nuevas felicidades se manifiestan sin las ataduras creadas por el Bipoder.
Así que, esperando que hayáis saltado todo lo anterior para leer únicamente esta frase, me ha parecido un peliculón.