Hay que ver a qué le dicen pasarselo pipa (pues no parece que sea el caso)
Un shogun que tiene un harén, y nosotros vemos el harén y las intrigas palaciegas del mismo. Y lo vemos a él, llegar al punto de ahogarse en el recelo y la desconfianza.
Aunque claro, no es el que la pasa peor de los personajes de la historia (tampoco la pavada)
Como en las otras dos Togunagawas que vengo de comentar, el punto de vista predominante es el de las víctimas (ignoro Ishii lo tuviera así de claro)
Ojo, hay mucho monólogo interno del shogún, pero la película está filmada y la historia está contada como si lo hiciera una vícitima de la situación propiciada por el shogún.
Dicho de otra manera, el shogún no es el protagonista ni el héroe.
De las tres Tokunagawas que vi, es la menos violenta (aunque sí tiene una escena pero bastante tranquila, en comparación con las otras dos)
En total, intrigas palaciegas y un shogún que va siendo carcomido y tal vez autodrestruído por la duda y el recelo. Un monstruo de buenos modales.
Nota aparte el número del principio en el que las siervas arman un número con una música más propia del siglo XX que de otro tiempo.
Por eso y otras cosas, es más que notable que sin Ishii (¿ni el eroguro?) no habría habido Takashi Miike.