hehe, bueno, pues ya la he visto... y en fin, que nadie se fie por las capturas, porque ahí parece un melodrama casero... y aunque al principio diga eso de "historia de amor entre un marido y una esposa"... pues bueno, hay que tomárselo con mucha imaginación. Y en parte es lo bueno.
Porque la película ciertamente explora el concepto del amor, así como los lazos de unión matrimonial más allá de la comprensión y de la lógica. Hay que pensar que en Japón la tradición es algo mucho más importante que en España (e imagino que en Sudamérica, por no discriminar a nuestros foreros más allá del charco). Así que Henge se mueve con peligrosa habilidad por esos conceptos para realizar una tremenda película de monstruos doméstica. Puede que no sea tan salvaje y radical como el Tsukamoto de Tetsuo. Es una película más tranquila, que avanza por caminos convencionales, pese a lo que te cuenta para nada lo es.
Mejor no desvelar mucho, porque la película sorprende cada poco, hasta un final, jeje... Hay que verlo.
Un film casi amateur, que en medios no debe andar lejos de los de Nishimura e Iguchi, pero mientras estos tiran por la sana parodia gore, Ohata se pone serio, muy serio. Por supuesto, todo se puede entender como un comentario alrededor de la tragedia del terremoto y posterior tsunami, y muy especialmente, por la crisis nuclear y el desastre medioambiental que vino a continuación.
Deseando ver The Big Gun para saber si esto de Henge ha sido una coincidencia cósmica (no es el primer director que hace una película independiente con pocos medios y luego empieza a hacer cine comercial sin ningún interés) o si realmente hay director aquí. En Sitges me la zampo otra vez. Y puede que dos veces.